Mallorca - vale la pena cada visita, un pequeño viaje al pasado de la isla.

¿Se ha preguntado alguna vez cómo y cuándo se convirtió Mallorca en uno de los destinos turísticos más populares? Acompáñenos en un pequeño viaje al pasado.

Alrededor de 1900, la Catedral de Palma se estableció como un interesante imán de viajes y ya entonces atraía a muchos turistas de todo el mundo. También se despertó un mayor interés en Pollença y Cala Ratjada, donde se abrieron los primeros hoteles de la isla.

El inicio de la Guerra Civil española (1936-1939) interrumpió este desarrollo. El número de visitantes no volvió a aumentar hasta las décadas de 1950 y 1960. Las razones: La Segunda Guerra Mundial había traído consigo importantes avances en la tecnología de la aviación y, por primera vez, los europeos del norte tenían derecho a vacaciones regulares.

En Alemania, por ejemplo, mucha gente consideraba beneficioso para su salud pasar las vacaciones al sol. En lugar de ir al sur de Alemania, empezaron a viajar más a Mallorca. El número de operadores turísticos creció, y las empresas alemanas Dr. Tigges y más tarde Neckermann fueron consideradas las pioneras de los viajes combinados. Empezaron a invertir en la construcción de hoteles ellos mismos, porque España era pobre.

El resultado fue un boom de la construcción en la isla, antes agrícola, en la década de 1960. En aquella época, los hoteles eran bastante sencillos. Los huéspedes no estaban acostumbrados a las vacaciones y no esperaban mucho. Un bufé, una habitación, la playa cerca... se conformaron con eso.

En ese momento, el centro de Palma se libró en gran medida de las multitudes. Especialmente la Playa de Palma, pero también Calvià y Alcúdia tuvieron una gran demanda al principio del boom turístico. El San Francisco, en la Playa de Palma, está considerado como uno de los primeros grandes hoteles de playa. El turismo ya era importante para la isla en aquella época. También había una industria distinta: la del calzado, la de la joyería y la del cuero.

Las crisis del petróleo de 1973 y 1979 hicieron que las tarifas aéreas aumentaran drásticamente, y el número de veraneantes disminuyó. Cuando comenzó la recuperación a principios de los años 80, el turismo también cambió. Durante este tiempo, la gente tenía más experiencia con las vacaciones y sus exigencias aumentaban. Hasta los años 90, la competencia en el sector era muy fuerte. Surgieron grandes cadenas y también aumentó la calidad de las ofertas. Los operadores turísticos ejercieron más presión, comenzó la diferenciación de ofertas.

Básicamente, se puede decir que la gente solía volar sólo una vez al año, si es que lo hacía. Hoy en día, las vacaciones de una semana o de un fin de semana son habituales varias veces al año. Palma, en particular, se beneficia de ello. Muchos hoteles boutique del centro de la ciudad se han construido en los últimos ocho años. La temporada también es más amplia hoy que hace unos años, cuando los veraneantes acudían casi exclusivamente en los meses de verano.

Con el paso de los años, cada vez más turistas de todo el mundo se han aficionado a la isla, porque hoy ofrece mucho más que playas y sol.

Además de las hermosas costas de Mallorca, hoy en día se puede disfrutar plenamente de la gama de actividades o excursiones a la ciudad, y ya no hay que quedarse sólo en las playas de la isla.

Sin embargo, la Playa de Palma sigue siendo uno de los destinos más populares de la isla, donde podrá decidir si prefiere un ritmo más tranquilo o disfrutar de las delicias gastronómicas que se ofrecen. En esta zona además hoy en día hay muchísimas actividades de ocio y actividades para todo tipo de público, las actividades náuticas como el buceo y paracaídas son de las mas buscadas.