Palma, la capital de Mallorca, destaca por sus modernos restaurantes, elegantes hoteles y su proximidad a playas de ensueño. Si, aparte de ver sus famosas atracciones turísticas (como la catedral de Palma), uno se toma tiempo para pasear por sus idílicas calles, descubrirá naranjos fragantes, casas señoriales restauradas con mucho cariño y comercios encantadores. Y si, además, el alojamiento está en un hotel con vistas al mar con el típico mobiliario mallorquín, seguro que las vacaciones se convierten en una experiencia inolvidable.
El centro histórico medieval de Palma tiene mucho que ofrecer. Gran parte de las atracciones turísticas de la ciudad se concentran en el casco antiguo o cerca de este. Aquí se ubica, por ejemplo, la famosa catedral de la Seu, el museo Es Baluard y el Palacio Real de la Almudaina.
La catedral de la Seu, símbolo de la ciudad, llama la atención ya desde lejos. Este edificio de piedra arenisca es una de las construcciones góticas más altas de Europa. Para aquellos a quienes les guste ir de compras, la «milla de oro» y el famoso Paseo del Borne («Passeig del Born», en catalán)
son un buen punto de partida muy cerca de la catedral.
Además de visitar los lugares de interés turístico, es recomendable tomarse tiempo para pasear sin rumbo definido por las callejuelas y dejarse maravillar por las sorpresas que aguardan a la vuelta de cada esquina. Balcones de encanto arquitectónico, bellísimas fuentes y plazas medievales cautivan a los turistas en distintos puntos.
Tampoco se pueden olvidar las famosas playas de la ciudad. La más cercana es la playa de Can Pere Antoni. El Paseo Marítimo («Passeig Marítim») también es una zona ideal para pasear, correr o ir en bicicleta.
Visitar uno de los muchos museos y galerías de arte de la ciudad no tiene por qué ser un plan exclusivo para los días lluviosos. Desde arte contemporáneo y libros antiguos hasta modernas esculturas, los museos de Palma tienen mucho que ofrecer a los amantes del arte y de la cultura.
Aquellos que tengan interés por conocer la arquitectura y la cultura de la ciudad no pueden perderse el Palacio Real de la Almudaina. También son de visita obligada los baños árabes, que datan del siglo X y son un legado de la época musulmana en Mallorca. Igualmente interesantes son las típicas casas señoriales, muchas de las cuales se han restaurado y son ahora hoteles boutique.
Para aquellos que quieran renovar su armario durante las vacaciones, la «milla de oro» es el punto de partida perfecto. El famoso Paseo del Borne también forma parte de ella. Muy cerca se encuentra la Avenida de Jaime III, en la que se concentran las tiendas de marcas de lujo. Quien prefiera ir de compras lejos de las masas, encontrará numerosas tiendas vintage, boutiques con moda vegana, así como productos «fair trade» por toda la ciudad.
El casco antiguo también tiene un gran oferta para aquellos turistas a los que les guste pasearse por tiendas de muebles y librerías antiguas. Lo mejor es ponerse en marcha y dejarse sorprender por el gran número de pequeños comercios de la ciudad.
Para comprar alimentos, un lugar de obligada visita con mucho encanto es el mercado de Santa Catalina. En este mercado de alimentación, el más antiguo de Palma, se vende de todo, desde carne y pescado hasta frutas y verduras.
En Palma, los turistas encuentran algunos de los mejores restaurantes de Mallorca. El casco antiguo tiene una oferta gastronómica para todos los gustos y todos los bolsillos: desde bares típicos de tapas y cocina mallorquina hasta locales de comida mediterránea moderna o restaurantes exclusivos con estrella Michelín.
Cerca del casco antiguo de Palma está el famoso barrio de Santa Catalina, donde también hay un gran número de nuevos restaurantes y modernos bares. Este antiguo barrio de pescadores es ahora uno de los barrios más de moda, en el que convive la tradición con la modernidad. Aparte de bares y restaurantes, también cuenta con boutiques de moda, casas tradicionales de llamativos colores y viejos molinos: la combinación perfecta para ir de compras, comer y hacer turismo. A quien, además de los restaurantes, le guste disfrutar del ocio nocturno, lo encontrará tanto en La Lonja como muy cerca aquí, en el Beach Club Six (Balneario 6).
Desde un lujoso hotel boutique en una de las antiguas casas señoriales de Palma hasta un moderno hotel de diseño o un apartamento de moda, en Palma de Mallorca todo el mundo encuentra el alojamiento perfecto. El interés se centra claramente en los hoteles pequeños, sobre todo en el casco antiguo.
Los más populares son los hoteles y alojamientos con azotea y vistas al mar. Las habitaciones, finamente amuebladas con la típica decoración mallorquina sin descuidar ningún detalle, ponen de manifiesto el empeño de los propietarios en ofrecer a sus huéspedes una estancia inolvidable.
En el casco antiguo de Palma, las actividades se concentran en el Parque del Mar, laPlaza Mayor y el Paseo del Borne. Los fuegos artificiales por San Sebastián y San Juan ante la catedral, por ejemplo, son un espectáculo grandioso. Además, la mayoría de barrios de Palma tienen sus propias fiestas locales con conciertos al aire libre, especialidades a la parrilla y bailes típicos mallorquines.
Visitar la capital mallorquina siempre merece la pena, ya sea durante el carnaval en febrero, las procesiones de Semana Santa en abril o la misa del Gallo («Nit de matines») en Nochebuena, así como durante los días festivos o sus famosas fiestas patronales. No hay por qué visitar la ciudad siempre en verano, durante la temporada alta.
Además de un gran número de eventos musicales y festividades, en la ciudad también se celebran regularmente ferias gastronómicas y encuentros deportivos internacionales. Asimismo, Palma tiene una gran oferta para los amantes del teatro, de la ópera y del ballet, actividades que se pueden combinar perfectamente con una visita a las atracciones turísticas. En ese caso, lo más inteligente es buscar un hotel cerca del acto al que se quiere acudir.
Año tras año, la capital de Mallorca atrae a un gran número de turistas. Y no es de extrañar, ya que el casco antiguo de Palma cautiva con encanto mediterráneo, atracciones turísticas como la catedral de la Seu, restaurantes de moda, hoteles exquisitos y una oferta de lo más variada. Además, cerca del centro se encuentra la playa de Can Pere Antoni, de manera que los turistas pueden combinar perfectamente cultura, disfrute y unas vacaciones junto al mar. Aquellos que busquen salir de fiesta, además, tienen muy cerca el famoso club Balneario 6.